Ansiedad generalizada
Preocupación constante en varias áreas de la vida. Anticipación del fracaso, de los problemas o de accidentes. Tensión muscular que puede reflejarse en dolores de cabeza, de espalda o de estómago sobre todo. Agitación o sensación de hormigueo en los brazos o en las piernas. Necesidad de ir al baño o estreñimiento cuando estamos nerviosos. Sensación de intranquilidad. Morderse las uñas, mover las piernas o los pies constantemente cuando estamos sentados. Dificultad para permanecer mucho tiempo sentado o en una actividad. Dificultad para conciliar el sueño y para descansar. El tratamiento más eficaz es la psicoterapia. Cuando la sintomatología es muy aguda, lo más eficaz es conjugar la psicoterapia con el tratamiento farmacológico. Muchas personas se han acostumbrado a vivir con la preocupación y la agitación constante y piensan que es su forma de ser. Pero esto no es correcto. La mayor parte de las personas consiguen gestionar sus preocupaciones y relajarse.